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La acción del Instituto Millenium como guardián mediático del consenso liberal en Brasil: los derechos humanos en cuestión

L'action de l'Institut Millenium, gardien médiatique du consensus libéral au Brésil: les droits humains en question

 

Resumen

El artículo busca presentar en forma sintética la investigación desarrollada durante la maestría en Ciencias Sociales de la UFRRJ. El objetivo fue analizar las formas en que los derechos humanos fueron movilizados como repertorio de confrontación de proyectos políticos en el marco del lanzamiento de 3° Programa Nacional de Derechos Humanos en Brasil, tomando como dimensión de análisis las acciones emprendidas por el think tank denominado Instituto Millenium. Partiendo del carácter argumentativo del conflicto y del explícito objetivo institucional de advocacy tank liberal, nos interesó analizar la acción centrada en la difusión de encuadramientos que buscaron incidir en la definición de los problemas públicos a partir de su participación diferenciada en los grandes medios de comunicación brasileños.

Palabras claves: Think tank; Liberalismo; Derechos humanos; Encuadramientos.

 

Résumé

L'article cherche à synthétiser les recherches développées au cours du Master en Sciences Sociales de l'UFRRJ. L'objectif était d'analyser la manière dont les droits de l'homme ont été mobilisés comme un répertoire de confrontation de projets politiques dans le cadre du lancement du 3ème Programme National des Droits Humains au Brésil, en prenant comme dimension d'analyse les actions entreprises par le think tank Millenium Sur la base de la nature argumentative du conflit et de l'objectif institutionnel explicite du réservoir de plaidoyer libéral, nous avons analysé l'action centrée sur la diffusion des cadres qui cherchaient à influencer la définition des problèmes publics en fonction de leur participation différenciée aux grands médias brésiliens.

Mots-clés :Think tank ; Libéralisme ; Droits humains ; Cadres.

 

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María Julia Giménez

Doctoranda del Programe de posgrado en Ciencia Política
Universidade Estadual de Campinas (Unicamp)
Becaria INCT-INEU

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 La acción del Instituto Millenium como guardián mediático del consenso liberal en Brasil: los derechos humanos en cuestión

 

Introducción

          La investigación que presento en este articulo parte de una preocupación política y académica que delante de los cambios ocurridos en América Latina en los últimos años, aún se mantiene vigente. Los inmediatos retrocesos sociales vividos tras lo que se considera el fin de ciclo de los gobiernos progresistas en Latinoamérica evidencian que a pesar de los intentos (siempre conflictivos) de incluir y garantizar la vigencia de los derechos humanos demandados por los sectores populares tras las profundas crisis del modelo neoliberal de los años noventa, estos no consiguieron vencer la matriz liberal que establece un senso común sobre la definición y alcances de los mismos. ¿Cuáles fueron los límites de los gobiernos progresistas que inauguraron el nuevo siglo en América Latina delante las demandas por ampliación y garantías de derechos humanos? ¿Dónde y cómo se impusieron los límites ante los reclamos de agregación de intereses históricamente marginalizados? Este trabajo nació con la intención de hacer eco de aquello que Boaventura de Souza Santos (2013) llama “hermenéutica de la sospecha” y buscar elementos para comprender la conflictiva hegemonía de la matriz liberal de los derechos humanos en connivencia con los alarmantes índices de desigualdad social.

Antes de comenzar la exposición, cabe comentar al lector(a) que lo que comenzó como una investigación abocada al entendimiento de los procesos de políticas públicas de derechos humanos en Brasil durante los años del gobierno del Partido de los Trabajadores (PT) con foco en el 3° Programa Nacional de Direitos Humanos (PNDH3), sufrió un necesario cambio de rumbo que la aproximó más al campo de estudios - hoy en auge - en torno a lo que la literatura ha denominado como avance de las derechas en la región. Sin reducir el conflicto general en torno a la definición de los alcances de los derechos humanos en Brasil al caso estudiado, la ola de repudios desatados tras la sanción del PNDH3 por decreto del presidente Luis Inacio “Lula” da Silva (decreto n° 7.037, diciembre del 2009) y que tuvieron como resultado importantes cambios en las directrices del documento original (decreto n°7.177, mayo del 2010), ponen de manifiesto (quizás de forma exageradamente esquemática) dos momentos claves y en descompaso para pensar las tensiones en torno a la formulación de este programa, y los alcances y limites de los discursos de derechos humanos en el Brasil de la década petista. Por un lado, el de un amplio proceso participativo institucionalizado en torno de las Conferencias Nacionais de Direitos Humanos (CNDH); por otro, mecanismos no institucionalizados y principalmente mediáticos, de presión. Las marcas (tachaduras y reformulaciones) del PNDH3 tal cual como finalmente fue sancionado deja evidencias de un complejo y disputado proceso de formulación que no se reduce apenas a los movimientos sociales, ONGs y defensores de derechos humanos actuantes en referidas Conferencias, así como tampoco a este escenario institucionalizado. Sin restar importancia a los estudios de los repertorios de interacción socio-estatal institucionalizados como forma de acción política por la ampliación y garantía de los derechos humanos, el caso mostró que para comprender las disputas en torno a los derechos humanos, sólo eso no bastaba. Era necesario observar también las acciones emprendidas por otros sectores de la sociedad civil ausentes en las CNDH y, por lo tanto, en otros escenarios.

Entendiendo que los derechos humanos funcionan como un repertorio de contienda[1] (López, 2013) en el que se traducen proyectos políticos y valores sociales, el objetivo de esta investigación fue analizar las formas en que el think tank (TT) liberal brasileño conocido como Instituto Millenium (IMIL) participó de los embates y buscó incidir en torno a la formulación y alcances del discurso de los derechos humanos en Brasil a partir de la oportunidad abierta tras la sanción presidencial del último PNDH. Recapitulando las discusiones académicas que abordan la forma TT como actor diferencial en los procesos de políticos contemporáneos, la propuesta del estudio fue captar la acción del IMIL – y por lo tanto de los especialistas que participan del instituto liberal – y la movilización de recursos y discursos que impusieron limites al nuevo programa. Partiendo del carácter argumentativo del conflicto y del explícito objetivo institucional de advocacy tank[2] (o think tank de defensa), nos interesó analizar al IMIL en tanto guardián del imaginario liberal en Brasil y captar su acción centrada en la difusión de encuadramientos que buscaron incidir en la definición de los problemas públicos a partir de su participación diferenciada en los grandes medios de comunicación brasileños.

Cabe destacar, que no se encuentran entre los objetivos de este trabajo analizar las falacias u omisiones de los miembros del IMIL, sino comprender las construcciones argumentativas que unificaron las voces de los expertos de los grandes medios de comunicación brasileños a fin de influir en la formulación del último programa, entendiendo que los derechos humanos funcionaron como el repertorio de confrontación entre proyectos políticos-culturales que disputan hegemonía en Brasil. Si, como fue dicho al comienzo, esta investigación comenzó reflexionando en torno a las políticas públicas y acabó ingresando al campo de los estudios de las derechas en América Latina, es porque creemos que la forma en que fue trabada la lucha en torno al alcance de las políticas públicas de derechos humanos abre nuevas pistas para reflexionar y estudiar un proceso de mayor alcance que pone a la luz las disputas de sentidos que dieron sustento al actual refortalecimiento del proyecto neoliberal en la región[3].

A continuación se pretende sistematizar y sintetizar algunos elementos claves de la investigación titulada “Direitos humanos e (ou) democracia no Brasil: a ação do Instituto Millenium no âmbito do PNDH3” (Giménez, 2015), defendida para a obtención de titulo de Maestría en Ciencias Sociales por la Universidade Federal Rural de Rio de Janeiro, en marzo del 2015. Para ello, el texto fue ordenado en tres partes. En primer lugar, se presenta una breve discusión en torno a los TTs como forma/aparato político y las perspectivas teóricas a partir de las cuales proponemos estudiar la acción del instituto liberal. En segundo, se busca reconstruir algunos elementos claves que permitan caracterizar y situar al actor en cuestión. Y por último, se presentarán algunos datos recogidos del levantamiento de fuentes gráficas y digitales, poniendo atención en la construcción y movilización de encuadramientos en torno al conflicto por el PNDH3.

I. Contribuciones teóricas al estudio de los think tanks

          Como ya fue dicho, no existe una definición exacta de qué es un TT o un único acuerdo en torno a cuándo se creó. Más bien, en los últimos treinta años fue construyéndose un campo de estudios dedicado a este tipo de aparatos que consiguió construir una serie de herramientas desde la cual delimitarlo como objeto empírico. Sin embargo, como dice Thomas Medvetz, “el dilema de la definición nunca se ha resuelto realmente” (2008: 11). Las investigaciones más representativas del campo de estudio convergen significativamente con respecto a sus atributos centrales (Weaver, 1989; Abelson, 2002; Rich, 2004): la autonomía organizativa y financiera de intereses gubernamentales y sociales (grupos de interés y presión, partidos políticos y negocios); y un compromiso central en producción de conocimiento para la influencia política. Sin embargo, como señala Juliana Huck (2017), aunque estas dos variables analíticas fueron centrales para el proceso de formación del campo de estudios volcados a los TTs, actualmente presentan desajustes por su insuficiencia para comprender el fenómeno en contextos no anglosajones y reconocer la diversidad histórica y situada. Recuperando algunas ideas formuladas por Jesper Dahl Kelstrup (2014) podemos preguntarnos: ¿Qué significa independencia? ¿Hace referencia al sustento material y financiero de la institución o a la representación y defensa de proyectos políticos? ¿Cómo y qué tipo de conocimiento producen? ¿Qué relación existe entre la producción de conocimiento y la expertise? ¿Influencian sobre quiénes, con qué propósito y cómo? Según Kelstrup (2014) responder a estas preguntas implica captar el carácter estratégico y contextual de estas formas de organización destinadas a la incidencia política. En este sentido, como también señala Hauck (2017) al ponderar los estudios realizados por Thomas Medvetz (2006; 2008), el avance de este campo de estudios depende de nuevas perspectivas analíticas menos centradas en las tipologías abstractas y más próximas a las experiencias concretas y variables de este tipo de organización.

La propuesta de Thomas Medvetz (2006; 2008), a partir de sus estudios en torno a TTs estadounidenses, busca superar las discusiones en torno a los tipos, estructuras y funciones, recalcando la hibridez, dinamismo e historicidad de estas organizaciones. Recuperando el arsenal teórico-metodológico propuesto por Pierre Bourdieu (1990), el investigador se propuso captar el movimiento continuo de estas organizaciones en las fronteras del campo de lo político, del económico, de los medios de comunicación y de la producción del conocimiento. En esta misma sintonía, la noción de habitus le proporciona un ancla conceptual para analizar el proceso por el cual estos aparatos son fabricados y cómo ellos fabrican el movimiento del cual ellos mismos son parte. Según Medvetz (2006), así como la posición estructural objetiva de un grupo - sumando de recursos materiales y simbólicos- moldea su autodefinición y capacidad de imponer significado, la elección de símbolos influye en la manera en que el grupo moviliza estos recursos.

Si los estudios de Medvetz (2006; 2008) aproxima algunas herramientas que renuevan las preguntas en torno a los TTs como forma política, la perspectiva relacional brinda ponto de contactos con enfoque analíticos que ayudan a pensar cómo este tipo de instituciones se inscriben dentro de procesos más amplios de disputas de ideas en la búsqueda de incidencia política. En este sentido, los estudios desarrollados por Robert Jessop (1982), que él mismo ha denominado Enfoque Estratégico Relacional, ofrece sobre la elaboración constante del materialismo histórico un enfoque que tiene pretensiones de poder abarcar los “problemas ontológicos básicos de la vida social” (Jessop, 2007: 16) convirtiéndose en una perspectiva heurística para la investigación de las relaciones sociales en general; un “análisis de las relaciones entre diferentes relaciones que comprenden la formación social” (Jessop, 1982: 252). Recurriendo a la definición gramsciana del Estado y adoptando la perspectiva relacional poulanziana, Jessop convoca a abrir nuevas direcciones para la investigación en Economía Política: por un lado, enfocar en las luchas que se despliegan en el interior de los aparatos del Estado realmente existentes acerca de las políticas públicas, su aplicación y la línea política general del mismo; en segundo, dirigidas a las luchas emprendidas para cambiar la forma constitucional del Estado, por ejemplo, aquellas que modifican la constitución, las relaciones entre el poder ejecutivo, el legislativo y el judicial, etcétera; y por último, las luchas que se producen a cierta distancia del Estado propiamente dicho y que modifican los cálculos de “la política como el arte de lo posible” efectuados por quienes ejercen el poder estatal y por quienes se hallan implicados, o aspiran a estarlo, en la lucha por acceder al mismo (Jessop, 2007).

Situado sobre este último aspecto, y bajo la explicita intención de producir un abordaje “pos-disciplinar” de las formaciones sociales capitalistas, dos preguntas atraviesan las formulaciones planteadas por Jessop (2005): ¿Como los factores semióticos, afectan la variación, selección y retención de la semiosis y sus prácticas asociadas, cuando ordenan, reproducen y transforman formaciones sociales capitalistas? ¿Cuál es el papel de la semiosis en la interpretación, construcción, y estabilización temporal de las formaciones sociales capitalistas? Para Robert Jessop, “la semiosis puede generar variación, tener efectos selectivos, y contribuir a la retención diferencial y / o institucionalización del fenómeno social” (Jessop, 2005: 6). En este sentido, dirigiendo los esfuerzos a la “desnaturalización” de los imaginarios económicos y políticos, Jessop realiza un aporte a la crítica de la ideología y de formas específicas de dominación en la sociedad capitalista, haciendo eco de las influencias de “giro cultural”, otorga un lugar destacado a los discursos, las identidades, la reflexividad y la creación de significados en la construcción de hegemonía.

Estos aportes teóricos brindan importantes coordenadas para pensar la forma TT, distanciándonos aún más de los intentos de establecer tipologías abstractas. Sin perder de vista las prácticas concretas, esta aproximación implica situarlas espacial y temporalmente dentro de contextos históricos donde se construyen y disputan imaginarios. El entendimiento de estas organizaciones de pensamiento como actores cada vez más relevantes en los procesos de incidencia política y construcción de visiones del mundo, nos conduce al concepto gramsciano de aparatos privados de hegemonía, dejando así en un segundo plano la discusión en torno a la independencia o autonomía, e inscribiéndolos en la disputa de ideas que se impulsan desde la esfera de la sociedad civil por tornarse Estado. Esto no significa que este tipo de instituciones busque (aunque tampoco se opone necesariamente a) ocupar cargos de gobierno, sino tornar sus ideas las directrices que unifiquen el senso del Estado. En este mismo sentido, el abordaje en los niveles meso y macro en torno a la disputa de “imaginarios” incorporan la clave semiótica/cultural para captar el qué está en conflicto, al tiempo que brinda coordenadas acerca de quiénes y cómo participan de estos procesos.

Bajo los objetivos arriba expuestos y apropiándonos de estas lecturas, nos propusimos realizar un estudio que nos permita mapear los campos donde el IMIL se sitúa y la movilización de imaginarios orientados a incidir en el proceso de formulación del PNDH3. ¿Qué imaginarios se pusieron en juego durante el conflicto? ¿Dónde? ¿Cómo? Para ello realizamos un trabajo de triangulación analítico sobre tres ejes: la revisión de fuentes secundarias a partir de los trabajos académicos abocados al estudio de TTs en Brasil; el levantamiento de artículos y videos publicados en el portal institucional y redes sociales digitales del IMIL, con énfasis en el conflicto tratado; y el análisis de los encuadramientos discursivos movilizadas contra el último PNDH. Con ello, buscamos reconstruir (aunque no saturar) las claves que sustentan la batalla de ideas, a fin de entender que más allá de la oposición al programa, el conflicto y la mediatización del mismo funcionó como una oportunidad para movilizar imaginarios que dieran sustento al consenso liberal en la región.

II. El Instituto Millenium, un aparato en la defensa del liberalismo en Brasil

          Los estudios con foco en América Latina indican que la historia de los TTs en la región sigue de forma subordinada al ritmo marcado por los países del Norte (Garcé, Uña, 2006). En términos generales, habiendo hecho su primera aparición en el escenario político a finales de los años 1950 y durante la década de 1960, su consolidación como aparato con capacidad de incidencia data del comienzo de 1980, asociado al proceso de transición democrática, tecnicización del Estado y consolidación del modelo neoliberal. Pero, transcurridos treinta años, los datos indican la apertura de una nueva etapa para la región.

Con 774 TT, América Central y América del Sur asumen el cuarto lugar entre las regiones con mayor concentración de instituciones: Argentina ocupa el primer lugar (con 138 TT), seguido por Brasil (89), Bolivia (58) y Chile (44) (McGann, 2015). Sin embargo, mientras los estudios arrojan una caída mundial en la creación de nuevos TT, los datos regionales parecen indicar que América Latina asiste a una nueva expansión de TT, tanto o más significativamente que en la década de los ochenta. Los datos obtenidos por Thiago Aguiar de Moraes (2013) sobre Brasil indican que de las 82 TT activas en el año 2012, 2 fueron fundadas en el año 1940; 2 en 1950; 4 en los años 1960; 10 en los años 1970; 17 en los años 1980; 16 en los años 1990 y 18 en los años 2000. Lo que muestran los datos más recientes es que, tras tres décadas de aumento sostenido, un nuevo boom anuncia una nueva generación de institutos: en 2007 se registraban 38; en 2009, 48; y llegaron a 82 en 2012 (McGann 2007, 2009, 2010). ¿A qué se debe el crecimiento que se registra en toda la región?

Según Fischer y Plehwe (2013), así como en los años ochenta, la nueva generación de TT en América Latina lleva un componente fuertemente liberal que permite establecer vínculos estrechos con el actual proceso de luchas y ascenso de las fuerzas políticas neoliberales. De esta forma, argumentan, si la crisis de finales de los años 90 respondió a un proceso de pérdida del consenso del modelo neoliberal, el actual crecimiento de ese tipo de instituciones a nivel regional responde a una estrategia deliberada de carácter transnacional sostenida en redes de actuación regional, garantizando fuertes vínculos con partidos conservadores locales que están encaminando una contraofensiva en el plano continental. Pero ¿cómo se dinamizaron estos aparatos ante los procesos de crisis del consenso neoliberal en la región? Pensamos que algunas líneas trazadas por esta investigación de caso pueden ayudar a reflexionar en torno a esta pregunta.

Retomando la investigación reseñada, cabe mencionar que los orígenes del Instituto Millenium se remontan al año 2005 - año del no ALCA[4] y del comienzo de la campaña pre electoral para la reelección de Lula en Brasil, para mencionar dos elementos que nos ayuden a contextualizarlo nacional y regionalmente. Fue tras la fundación del Instituto de Realidad Nacional por la economista Patricia Carlos de Andrade y después de un año de contratiempos, en abril de 2006 durante el XIX Foro de la Libertad realizado en Porto Alegre, el instituto fue relanzado, dando inicio al actual IMIL. Con el objetivo de "ser referencia y agente de divulgación de valores para mejorar la prosperidad y el desarrollo humano"[5], basándose en los "principios de una sociedad libre y combinando respeto por las virtudes de las democracias de mercado con sólido compromiso con los individuos”[6], el Instituto Millenium establece como valores guías de sus acciones el derecho a la propiedad privada, las libertades individuales, la libre iniciativa, la afirmación del individualismo, la meritocracia, la libertad de expresión, la transparencia, la eficiencia, la democracia representativa y la igualdad ante la ley.

De acuerdo con Luciana Silveira (2013), Millenium cuenta con una característica que lo diferencia de la mayoría de los TTs brasileños: su estrecha vinculación con los medios de comunicación empresariales. Según las informaciones institucionales, el IMIL transita por espacios híbridos de convivencia entre los centros formadores de conocimiento (facultades y universidades públicas y privadas), los empresarios y la prensa nacional, a partir de las acciones tomadas por la propia institución y sus especialistas. En este sentido, el grupo de miembros fundadores está representado principalmente por profesionales liberales, vinculados a instituciones de enseñanza superior privadas y públicas, periodistas, economistas y publicitarios. Entre estos nueve miembros, podemos citar a Rodrigo Constantino, economista graduado en la Pontíficia Universidade Católica de Rio de Janeiro, presidente del Instituto Liberal y columnista de los diarios Valor Econômico[7] e O Globo[8]; Jorge Maranhão, publicitario, consultor, escritor, maestro en Filosofía por la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), y columnista de varios medios de comunicación de la red Globo; Gustavo Franco, economista con vínculos con el Departamento de Economía de la PUC-RJ y fundador de Rio Bravo Invetimentos[9], fue uno de los formuladores del Plan Real que marcó las directrices de la economía durante el mandato de Fernando Henrique Cardoso en el Ministerio de Hacienda del Brasil; y Armando Castelar Pinheiro, también economista, postgraduado en la Universidad de California, es profesor del Instituto de Economía de la UFRJ, investigador en economía aplicada de la Fundación Getúlio Vargas (FGV), columnista del diario Valor Económico y Correio Braziliense[10] fue miembro del Instituto de Economía Investigación Económica Aplicada (IPEA) y actuó como analista de Gávea Investimentos[11]. Como se puede ver a partir de estos ejemplos, están presentes en la génesis del IMIL formadores de opinión, académicos, grupos de inversión y grupos de medios de comunicación, con fuerte presencia en sus campos de actuación.

Como se pone de manifiesto en los datos institucionales, el vínculo entre el IMIL y las grandes empresas de comunicación (Grupo Abril, Red Globo y Grupo Estado) se evidencia en la convivencia de miembros en las jerarquías institucionales, así como también en la función compartida de la mayoría de los miembros como policy interpreters de los medios, sin excluir otros escenarios y formas de actuación como las universidades, grupos de investigación, estudios jurídicos, agencias de consultoría, etc. Sin embargo, como señala el investigador catalán Jordi Xifra (2005), el lugar clave que ocupan los medios de comunicación como actores políticos en la actualidad ha fortalecido la relación con los TT que actúan como defensores de ideales y valores - advocacy-, valorizando a los "especialistas" que desempeñan esta función.

Como dice Silveira (2013) siguiendo la clave analítica de Medvetz (2008), los grandes medios brasileños y el IMIL participan de un sistema que se retroalimenta: especialistas del Millenium necesitan de los medios de comunicación para difundir sus visiones de mundo y los medios de comunicación necesitan fuentes legitimadas en la experiencia para amparar esta o aquella posición. En síntesis, que en tanto TT, el Instituto Millenium desempeña tres funciones: a) como interpretes de la información pautada por los grandes medios de comunicación; b) como un eslabón de conexión entre empresarios, especialistas y estudiantes a través de sus seminarios y demás eventos; c) Como promotor de hechos y eventos noticiables. En este sentido, si esta relación resulta tan estrecha, antes de pasar al mapeo de las acciones emprendidas y encuadramientos disparados, resulta fundamental echar un vistazo (extremadamente veloz por cuestiones de espacio) sobre el concentrado campo mediático sobre el que el IMIL actúa.

Según Virginia Fonseca (2006), teniendo raíces en la dictadura cívico-militar brasileña, el surgimiento de los grandes grupos de comunicación en el país son el resultado de la convergencia de intereses entre la clase empresarial, los medios ya existentes y el gobierno militar, que concretizó la expansión de los grupos privados de la industria. En ese contexto, entraron en escena el Grupo Globo y Abril, seguidas por Grupo Folha, O Estado de S. Paulo y Manchete, que se consolidaron como los grandes conglomerados beneficiados por el proceso de crecimiento de la industria cultural durante la década de 1970. Como dice Venício Lima (2003), acompañado por una tendencia global de concentración de la propiedad de los medios de comunicación, el campo mediático en Brasil presenta una serie de características peculiares: 1) se trata de la presencia dominante de grupos familiares y de la vinculación con las élites políticas locales y regionales, que en las últimas dos décadas se mantuvo bajo el control de tan sólo cinco grupos familiares: Civita, Marinho, Frías, Saad y Abravanel; 2) por medio de la práctica de la propiedad cruzada en la radiodifusión y en los medios impresos, los principales grupos de comunicación del país se consolidaron y se expandieron (la mayor parte del contenido que circula en los medios de comunicación, ya sea impreso, televisivo, radiofónico o incluso electrónico está inserto en la propiedad cruzada de los medios). Según el autor, en consonancia con las reglas neoliberales, el campo mediático atravesó un proceso de regulación, multinacionalización y privatización que se mantiene vigente en la actualidad. En este sentido, el Instituto Millenium debe ser entendido también como órgano que unifica intereses del capital comercial e industrial brasileño, teniendo un lugar destacado en la conformación organizacional y de difusión de los grupos de comunicación empresariales que concentran y cruzan la propiedad del servicio de la comunicación de masas en Brasil.

Partiendo de estos elementos que sitúan al actor en cuestión, a continuación se busca presentar cómo los miembros del IMIL buscaron incidir en la batalla de ideas en torno a los derechos humanos a partir del mapeo de una serie de encuadramientos que les permitieron movilizar sentidos en torno a la defensa del liberalismo. Para ello, recurriremos a una serie de ejemplos retirados del corpus de fuentes escritas colectadas en periódicos impresos y digitales, así como también en el propio site del Instituto.

III. Iluminar la escena mediática: la acción del IMIL en torno al PNDH3

          El PNDH3 se transformó en un escándalo político, a comienzos del 2010, cuando una serie de entidades militares, eclesiásticas y corporativas levantaron sus voces contra el contenido del texto. Teniendo como ejes centrales del conflicto directrices del programa vinculadas a la legalización del aborto, la regulación de tierras y reforma agraria, la regulación y reforma de los servicios de comunicación, y el avance de políticas de memoria, verdad y justicia por los crímenes cometidos durante la última dictadura, el conflicto transcurrió hasta mayo del 2010, con la modificación de algunos contenidos. Fue durante estos meses que los vehículos comunicacionales de las principales corporaciones de comunicación brasileñas se posesionaron como escenarios, claramente no imparcial, del debate y que los intelectuales miembros del IMIL tuvieron una participación diferenciada como interpretes mediáticos del conflicto. Véase:

Del total de publicaciones lanzadas en el site oficial entre los años 2009-2010 que contenían el término "Programa Nacional de Derechos Humanos" o "PNDH" se constata la ausencia de menciones previas al lanzamiento del primer decreto presidencial (12/2009). Al contrario, al iniciarse el 2010 se verifica un boom de publicaciones, que dura hasta la sanción del último decreto. Según la información recogida durante la investigación, la acción del IMIL se basó en la participación independiente de los intelectuales miembros como especialistas en los medios y redes sociales y, en forma colectiva, en la organización del 1er Foro Democracia y Libertad de Expresión (por cuestiones de espacio en este trabajo resulta imposible hacer mención al análisis de dicho foro, véase Giménez, 2015), que tuvo como uno de los temas centrales, nuevo programa. Ante la ausencia de registros audiovisuales significativos que nos permitan captar la participación de estos intelectuales en radios y programas de TV, nos centramos en el análisis de las producciones escritas. De acuerdo con el registro, entre enero y junio de 2010, el IMIL insertó en su sitio oficial 37 textos que contiene expresamente el término "Programa Nacional de Derechos Humanos". De las 37 publicaciones en el sitio institucional que mencionan el programa, 11 de ellas son reproducciones o clipping de materias publicadas en otros medios, principalmente sobre repercusiones del mencionado Foro promovido por el IMIL y otras dos son artículos publicados por autores no miembros de Millenium, pero afines al campo ideológico liberal del instituto: Reinaldo Azevedo y Fábio Portela, ambos, en esa época, columnistas de la revista Veja.

Las otras 24 publicaciones introducidas en el sitio se clasificaron como "artículos". Todas se encuentran firmadas por periodistas, abogados o economistas miembros o colaboradores del IMIL: Henrique Sartori, Demétrio Magnoli, José Nêumanne Pinto, Ives Gandra, Rodrigo Constantino, Paulo Brossard, João Antonio Wiegerinck, Carlos Alberto Di Franco, Paulo Rabello de Castro, Sandro Vaia, Percival Puggina, Guilherme Fiuza e Judith Brito (la trayectoria de las personas mencionadas se encuentra en Anexo, Doc. 1, de la tesis de maestria abajo citada). Del total de producciones realizadas por miembros o colaboradores del IMIL y posteadas el el portal institucional, 18 fueron reproducidas en medios de comunicación gráficos y digitales de los grandes conglomerados de comunicación en Brasil: 9 en Estado de São[12] Paulo, 5 en Zero Hora[13], 2 en O Globo, 1 en Folha de São Paulo y 1 en la revista Época. Publicados en los editoriales, columnas o artículos o citados como interpretes mediáticos del conflicto, en todos los casos el juicio emitido en torno al nuevo PNDH fue negativo. El 25 de enero del 2010, el periódico Estado de São Paulo publicaba una nota titulada “Lula, imagem estilhaçada”, firmada por Carlos Alberto Di Franco. El texto que posteriormente ingresaría al sitio del Instituto como "artículo", decía:

No es de hoy la fina sintonía de Lula con gobiernos autoritarios. Se asiste, de hecho, a un proceso articulado de socialización del continente. La biografía del presidente Lula fue construida gracias a sus méritos personales ya los amplios espacios que la democracia ofrece a todos los ciudadanos. Pero el poder fascina y confunde. Preocupan, y mucho, la letra y el espíritu del 3º Programa Nacional de Derechos Humanos (PNDH-3). El gobierno se empeñará para que el asunto desaparezca del noticiero. Pero nuestro deber es mantener la escena iluminada. [14](Di Franco, 2010) (Traducción propia)

Traduciendo la metáfora teatral, entendemos a los encuadramientos (en tanto frame) a los principios de organización que gobiernan los eventos sociales y nuestra participación con ellos. En diálogo con los estudios de comunicación, Entman (1993) afirma que encuadrar es elegir algunos aspectos de una realidad percibida y hacerlos más salientes en un texto comunicativo, a partir de cuatro funciones: definir problemas, diagnosticar causas, hacer juicios morales y sugerir soluciones, imprimir poder. En este sentido, el concepto permite entender el proceso político como una disputa sobre qué interpretación prevalece en la formación, el desarrollo y la resolución de controversias políticas. El concepto permite resaltar cómo estas controversias se desarrollan, no a través de la presentación de "hechos" o "información", sino a través de interpretaciones que se utilizan para evaluar estos eventos o temas políticos. Retomando lo expuesto anteriormente, podemos decir que la forma de encuadrar moviliza significados que permiten seleccionar, retener y reforzar los imaginarios en conflicto.

A partir de las fuentes analizadas, proponemos organizar los discursos de los intelectuales del IMIL en tres encuadramientos que permiten ordenar las acciones mediáticas emprendidas por miembros del IMIL con motivo del referido programa.

         A. Del retorno a la génesis a la ilusión anti estado.

La política internacional de derechos humanos nació de hecho con la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948. El texto célebre se inscribe en la tradición de la filosofía política de las Luces, que se organiza alrededor del individuo. Él proclama derechos de las personas, no de colectividades étnicas, sociales o religiosas. Tales derechos circulan en la esfera política, aun cuando se refieren en el mundo del trabajo o de la cultura. Por este motivo, su defensa solicita, siempre e inevitablemente, la confrontación con el poder político que viola o niega derechos. La Declaración de 1948 es, esencialmente, un instrumento de protección de los individuos contra los Estados. No es fortuito que sus detractores clásicos sean los heraldos de las utopías totalitarias: el fascismo, el comunismo, el ultranacionalismo, el fundamentalismo religioso. [15] (Magnoli, 2010) (Traducción propia)

La cuestión, sin embargo, consiste en que el Estado empieza a invadir competencias que no deberían ser suyas. Él comienza a monopolizar un saber que dice ser su el de decidir en lugar de los propios individuos. Y termina imponiendo al ciudadano lo que entiende como su propio bien. En un primer momento, toma el lugar del ciudadano, determinando lo que puede hacer o no en relación con su propia salud. En un segundo momento, procurará imponer lo que entiende ser la "buena" materia periodística, estableciendo la censura a los diarios. En otro momento, pasará a determinar lo que los individuos deberían oír o no en la radio, ver o no en un canal de televisión, en nombre de lo que también viene a considerar como el bien. Proceso similar podrá ocurrir en la educación, con libros didácticos que terminarán imponiendo un credo político o religioso. Propuestas ya contempladas en el PNDH-3. Es el espíritu mismo del capitalismo que se desatará y con él la democracia representativa. [16] (Rosenfield, 2010) (Traducción propia)

Un primer elemento que compone el imaginario liberal movilizado por el IMIL tras el conflicto por el PNDH dice respecto a la forma en que son comprendidos los derechos humanos. Al establecer un aparente consenso en torno al relato teleológico a partir de un origen canalizado políticamente por un doble proceso de secularización y de individualización contra el Estado absolutista (véase en la Revolución Francesa y de los Estados Unidos de Norte América acontecimientos centrales), esta interpretación deriva en el entendimiento de que la igualdad de derechos civiles y políticos sólo exigen al Estado una actitud negativa (la garantía de los derechos está en la no intromisión del Estado en la libertad individual), desconociendo los procesos posteriores que reformularon e incluyeron nuevos contenidos: los económicos y sociales. La predominancia de la negatividad del Estado en el pensamiento liberal reproducido por los intelectuales del IMIL deriva de la teoría de John Locke (1991) como unos de sus padres fundadores, llegando a Friedrich August von Hayek (1983) y sus reformulaciones en la teoría neoliberal. En este sentido, el PNDH3 y la centralidad reguladora para garantizar derechos reactualizaba lo que Boaventura de Souza Santos, denominó como “ilusión anti-Estado” (Santos, 2013), que encontraba su aparente contrapunto en las virtudes del mercado, entendido como lugar de la eficiencia, del mérito, de la creatividad, de la iniciativa y de la creación, abiertas al dinamismo de un aparente "orden espontáneo. Parafraseando a Luis Felipe Miguel (2014), el contenido del nuevo PNDH, establecía una contradicción aún irresoluta para los liberales: la posibilidad de admitir el carácter positivo del Estado sea como prestador de servicios o como regulador de intereses.

         B. ¿Democracia participativa o populismo autoritario?

Brasil, a diferencia de Venezuela, tiene instituciones razonablemente sólidas, aunque una parte significativa de la sociedad ya empieza a cuestionar la validez de uno de los pilares de la democracia, el Congreso Nacional. El descrédito generalizado, sobre todo de los parlamentarios, captado en innumerables investigaciones de opinión, es preocupante. De ahí el estratégico veneno de la "democracia directa", suavemente destilado en el 3º Programa Nacional de Derechos Humanos (PNDH-3). Tal como Hugo Chávez, los estrategas del Planalto proponen la valorización de instrumentos como "ley de iniciativa popular, referéndum, veto popular y plebiscito". Es la instalación del populismo autoritario, una fachada de democracia que se apoya en tres columnas: fisiologismo político, corrales electorales y autoritarismo ideológico. [17] (Di Franco, 2010) (Traducción propia).

En el mundo de las hormigas, la vida sigue la lógica del comportamiento colectivo y previsible. La voluntad individual de cada hormiga es nula. En las colectividades humanas, sin embargo, las decisiones individuales definen y condicionan el rumbo de la colectividad. La voluntad de cada uno puede alterar el orden constituido, haciéndola mejor o llevando al desastre. El nuevo Programa Nacional de Derechos Humanos, como fue sancionado, parece tratar de constituir en Brasil una comunidad de hormigas. [18] (Rabello, 2010) (Traducción propia)

Siguiendo las lecturas de Luis Felipe Miguel (2014), es posible hablar de una concepción dominante de democracia anclada en el sentido común, escindida en dos ideas: la de gobierno del pueblo, derivada del significado etimológico heredado de los griegos; y la de democracia reducida al proceso electoral como forma de elegir a los gobernantes. En este sentido argumenta el autor, en la práctica las dos caras de la democracia se muestran incompatibles: "en ninguno de los regímenes hoy aceptados como democráticos el pueblo realmente gobierna" (Miguel, 2014: 28). Centrada en la filosofía utilitarista (la que cada individuo define por cuenta propia en qué consiste su propio bien) la teoría procedimentalista fundada en el elitismo enunciada por el economista austriaco Shumpeter, unificó la vertiente liberal, circunscribiendo la actividad política al proceso electoral y reduciendo a la soberanía popular al acto de votar, cumpliendo el momento de transferencia de poder de los individuos aislados a los gobernantes. Igualar la democracia a los regímenes electorales permitió a los seguidores de esta corriente negar la posibilidad de cualquier avance hacia un régimen más participativo señalando los riesgos de poner en peligro el orden. Sobre este mismo fundamento, para los miembros del IMIL, el PNDH tenía orígenes inaceptables.

“Ese programa [PNDH3] es la implantación de un régimen bolivariano”, afirmaba el constitucionalista Ives Gandra en una entrevista publicada en el sitio del IMIL el 14 de marzo de 2010 (Gandra, 2010). En sus críticas a la democracia participativa, los miembros del IMIL no perdieron oportunidad para traer a tono la lógica del mundo bipolar de la Guerra Fría, resignificando en Hugo Chavez los viejos imaginarios del terror comunista. Recuperando la matriz elitista, y haciendo uso de ejemplos descontextualizados de los regímenes totalitarismos europeos de entreguerras, el asunto los llevó a insistir en que el destino de las “masas” [los no aptos para gobernar] no es otro que el de ser comandada. El miedo del populismo autoritario, representado por el líder venezolano y contagiado en la región andina, fue el eje de las recurrentes participaciones mediáticas de los miembros del TT durante los meses observados y permitió materializar el juego de pares antagónicos entre democracia procedimental versus populismo autoritario, que dieron el segundo elemento clave en la construcción de los imaginarios movilizados contra el PNDH3.

          C. El revanchismo

Hay, sin embargo, entre el creador y la criatura más diferencias de lo que puede suponer su débil filosofía. Una de ellas es que, por menos que sepa de ello, el matador Lula ayudó a derribar el autoritarismo desde arriba del escenario del estadio de Vila Euclides, en San Bernardo, convirtiéndose, con todos los honores, héroe de esta democracia que está ahí, más imperfecta que ella pueda ser. Y la guerrillera desalmada y desarmada participó en un proceso de enfrentamiento militar que sólo prolongó la larga noche de las bodegas. Y luego penetró en el centro de las decisiones en el vacío del jefe. Esto induce a demócratas asustados a imaginar que el tercer PNDH sea un proyecto de venganza que se realizará en su eventual, aunque probable, futuro gobierno. Mientras ella no aclara eso con todas las letras, este fantasma que reabre heridas ya cicatrizadas hace tiempo continuará acecharnos. [19] (Nêumanne, 2010) (Traducción propia).

El Programa Nacional de Derechos Humanos, organizado por inspiración de los guerrilleros pretéritos, pretende, sin embargo, derribar tales conquistas, realimentando odios y heridas, incluso con la tesis de que los torturadores guerrilleros eran santos, y aquellos del gobierno, demonios. [20] (Gandra, 2010) (Traducción propia).

Si el primer encuadramiento mencionado hace alusión a par de opuesto Estado/Anti-estado, rescatando las virtudes de este último como “la esencia” de lo que son los derechos humanos y el segundo dirigía su atención sobre el tipo de régimen de gobierno y apuntaba hacia supuestos peligros de una democracia que exceda al juego de las elites, el tercer conjunto de discursos movilizados giraron alrededor de las disputas de memorias en torno a la dictadura, tomando como clave de lectura un supuesto espíritu de venganza de aquellos que habían combatido el régimen y sufrido la represión militar. Haciendo eco de lo que en Argentina se dio en llamar “Teoría de los dos Demonios” (Franco, 2014) y apuntando contra la entonces candidata a presidenta por el PT, Dilma Rousseff, y el Secretario de Derechos Humanos, Paulo Vanucci, ambos víctimas de la represión política los años ´70, los miembros del IMIL justificaron la batalla de ideas contra el PNDH3 en un supuesto afán revanchista que transfiguraba el proceso participativo en el resultado de aparentes voluntades individuales, al tiempo que también sumaba voces al concierto de confusiones (y omisiones) que todavía impiden el avance de la Justicia Transicional en Brasil.

 

Comentarios finales

         Según Karin Fischer y Dieter Plehwe (2013), la forma política think tank adquiere particular relevancia en tiempos de crisis, ya que se encargan de crear las directrices sobre futuras estrategias. Así, si el modelo crisis / batalla de ideas marca una posible forma de comprender el boom actual de TTs liberales en a región, quizás también nos ayude a comprender cómo y por qué el Instituto Millenium se vio llamado a participar de los embates contra el PNDH3. Inscribiéndose como actores diferenciales del conflicto (el del saber experto), el caso evidencia la relación complementaria entre el TT liberal y el concentrado sistema de medios en Brasil, con objetivos que exceden dicho campo específico. Los conflictos desatados tras la sanción del nuevo programa dejaron a la luz que el consenso central al ordenamiento social según los valores liberales, estaba siendo desafiado. En este contexto, vinculado por lazos institucionales a las grandes empresas de comunicación brasileñas (en su mayoría alertadas por el contenido del programa), quisimos mostrar que la acción de los miembros de IMIL se dirigió a asegurar el componente epistémico de la batalla ideas a partir de la movilización de una serie de sentidos (encuadramientos) que buscaron demarcar la forma de abordar el asunto, siendo al mismo tiempo guardián y garantes mediáticos del pretendido consenso liberal.

En este sentido, aunque muchos vieron en el conflicto estudiado un simple debate de perspectivas o una mera estrategia política preelectoral de la oposición petista, a lo largo de este trabajo se buscó aportar elementos para la comprensión de las disputa de proyectos políticos por la definición y alcances de los derechos humanos en Brasil a partir del imperativo de aportar a una "hermenéutica de la sospecha" (Santos, 2013) como herramienta de análisis de los imaginarios en disputa por tornarse Estado y de captar las formas en que estas batallas se desenvuelven en la práctica.

Para concluir, entendiendo que este tipo de aparato privado - la forma think tanks – y su boom al comenzar el siglo veintiuno permite la aproximación una serie de acciones dirigidas a la batalla de ideas en tiempos de impugnación neoliberal y que la compresión de un golpe mediático permea numerosas lecturas tanto políticas como académicas del reciente proceso de impeachment que llevó a la destitución de la Presidenta de Brasil Dilma Rousseff (PT) en el 2016 y a la instauración de un nuevo gobierno realineado a la agenda del capital internacional, este trabajo espera aportar elementos para un mejor entendimiento de los procesos que precedieron a aquel acontecimiento y captar los micro golpes, choques de desgaste o intentos de desestabilización que sirvieron de trama del actual contexto local y regional.

Notas de fin

[1] Manteniendo la clave teórica desarrollada por el investigador colombiano Jaime López Pacheco (2013), nos interesa pensar los derechos humanos en tanto conjunto de sentidos que son movilizados como repertorio de confronto político. Como explica López Pacheco: “Se entiende como repertorio de derechos humanos, el tipo de acción política que se concentra principalmente en la recolección, la publicación, la distribución y la promoción de reivindicaciones de derechos humanos en un país, observando que sus tácticas están basadas en la información y la agitación de la opinión pública con fines políticos que pueden sobrepasar la búsqueda del respeto o la garantía de ciertos principios jurídicos (…) Los derechos humanos en movimiento se inscriben en una tensión ineludible, en cuanto mecanismos institucionales de regulación de las relaciones entre los estados y los individuos, a la vez que como mecanismos y recursos de articulación de la acción de reclamo por principios elementales. Pasar de un estudio basado en derechos, a un estudio del enmarcamiento de derechos, con un marco jurídico que respalda sus peticiones, aporta a comprender cómo los derechos humanos en movimiento deben entenderse en la tensión intrínseca que los caracteriza: como medio de constreñimiento de poder y como mecanismo de regulación institucional de relaciones” (López, 2013: 32).

[2] Según los modelos presentado por Weaver (1989), la forma advocacy tank se destaca por su agresividad política, con el fin de que su ideología ingrese en la agenda pública, o para influir en el debate político.

[3] Este aspecto guía mi actual proyecto de investigación que desarrollo como doctoranda del Programa de Posgrado en Ciencia Política de la Universidad Estadual de Campinas (Unicamp – Brasil, SP), y como becaria del INCT-INEU.

[4] La sigla hace referencia al Área de Libre Comercio de las Américas. Fue el nombre oficial de un acuerdo multilateral de libre comercio, firmado en Miami durante la I Cumbre de las Américas de 1994, que incluía a todos los países del continente americano, con excepción de Cuba. El ingreso en escena de los gobiernos progresista sumado al histórico rechazo de los movimientos populares y partidos de izquierda, provocó que el proyecto entrara en crisis. Bajo la consigna “NO AL ALCA”, en el año 2005, durante la IV Cumbre de las Américas, realizado en Mar del Plata, se logró paralizar su puesta en marcha.

[5] Cf. Principios do IMIL en http://www.imil.org.br/institucional/carta-de-principios/

[6] Ídem.

[7] Valor Econômico es uno de los mayores periódicos dedicado a la economía, los negocios y las finanzas en Brasil. Fue lanzado en mayo del 2000, responde al Grupo Globo y Folha, dos de las mayores empresas de comunicación de Brasil.

[8] O Globo  es uno de los periódicos brasileños con mayor circulación en el país. Fue fundado em 1925, em Rio de Janeiro, propiedad de la familia Marinho. 

[9] Río Bravo es una gestora de recursos dirigida a inversores institucionales y personas físicas en sus asignaciones de capital. El grupo fue fundado por Gustavo Franco em el año 2000. Em 2016 fue comprada por el Grupo Fosun, de origen chino.

[10] Correio Braziliense también forma el grupo de los principales periódicos de Brasil. Tiene en Brasilia (DF). Fue fundado en 1960 y pertenece al grupo Diarios Asociados, del cual también hacen parte las radios Planalto y Clube FM, TV Brasília e los sites de noticias Correio Braziliense e Correio Web.

[11] Gávea Investimentos es una empresa fundada como banco de inversiones por el economista Armínio Fraga, en el año 2000, teniendo sede en São Paulo y Rio de Janeiro.

[12] Estado de SãoPaulo, fundado en 1875 en São Paulo. Se incluye en el grupo de los periódicos más importantes de Brasil.

[13] Hora Zero fundado en 1964 por el periodista Ary de Carvalho. Se edita en Porto Alegre (capital de Rio Grande do Sul) y actualmente es controlado por el Grupo RBS.

[14] “Não é de hoje a fina sintonia de Lula com governos autoritários. Assiste-se, de fato, a um processo articulado de socialização do continente. A biografia do presidente Lula foi construída graças aos seus méritos pessoais e aos amplos espaços que a democracia oferece a todos os cidadãos. Mas o poder fascina e confunde. Preocupam, e muito, a letra e o espírito do 3º Programa Nacional de Direitos Humanos (PNDH-3). O governo se empenhará para que o assunto desapareça do noticiário. Mas o nosso dever é manter a cena iluminada.”

[15] “A política internacional de direitos humanos nasceu de fato com a Declaração Universal dos Direitos Humanos de 1948. O texto célebre inscreve-se na tradição da filosofia política das Luzes, que se organiza ao redor do indivíduo. Ele proclama direitos das pessoas, não de coletividades étnicas, sociais ou religiosas. Tais direitos circulam na esfera política, mesmo quando se referenciam no mundo do trabalho ou da cultura. Por esse motivo, a sua defesa solicita, sempre e inevitavelmente, o confronto com o poder político que viola ou nega direitos. A Declaração de 1948 é, essencialmente, um instrumento de proteção dos indivíduos contra os Estados. Não é fortuito que seus detratores clássicos sejam os arautos das utopias totalitárias: o fascismo, o comunismo, o ultranacionalismo, o fundamentalismo religioso.”

[16] “A questão, porém, consiste em que o Estado começa a invadir competências que não deveriam ser suas. Ele começa a monopolizar um saber que diz ser seu o de decidir em lugar dos próprios indivíduos. E termina impondo ao cidadão o que entende como o seu próprio bem. Num primeiro momento, ele toma o lugar do cidadão, determinando o que ele pode fazer ou não relativamente à sua própria saúde. Num segundo momento, procurará impor o que entende ser a “boa” matéria jornalística, estabelecendo a censura aos jornais. Em outro momento, passará a determinar o que os indivíduos deveriam ouvir ou não no rádio, ver ou não num canal de televisão, em nome daquilo que também vem a considerar como o bem. Processo semelhante poderá ocorrer na educação, com livros didáticos que terminarão impondo um credo político ou religioso. Propostas essas já contempladas no PNDH-3. É o espírito mesmo do capitalismo que se esfacelaria e, com ele, a democracia representativa.”

[17] “O Brasil, ao contrário da Venezuela, tem instituições razoavelmente sólidas, embora parcela significativa da sociedade já comece a questionar a validade de um dos pilares da democracia, o Congresso Nacional. O descrédito generalizado, sobretudo dos parlamentares, captado em inúmeras pesquisas de opinião, é preocupante. Daí o estratégico veneno da “democracia direta”, suavemente destilado no 3º Programa Nacional de Direitos Humanos (PNDH-3). Tal como Hugo Chávez, os estrategistas do Planalto propõem a valorização de instrumentos como “lei de iniciativa popular, referendo, veto popular e plebiscito”. É a instalação do populismo autoritário, uma fachada de democracia que se apoia em três colunas: fisiologismo político, currais eleitorais e autoritarismo ideológico”.

[18] “No mundo das formigas, a vida segue a lógica do comportamento coletivo e previsível. A vontade individual de cada formiga é nula. Nas coletividades humanas, entretanto, as decisões individuais definem e condicionam o rumo da coletividade. A vontade de cada um pode alterar a ordem constituída, fazendo-a melhor ou levando ao desastre. O novo Programa Nacional de Direitos Humanos, como foi sancionado, parece tentar constituir no Brasil uma comunidade de formigas”.

[19] “Há, contudo, entre o criador e a criatura mais diferenças do que pode supor sua débil filosofia. Uma delas é que, por menos que saiba disso, o matreiro Lula ajudou a derrubar o autoritarismo de cima do palanque do Estádio de Vila Euclides, em São Bernardo, tornando-se, com todas as honras, herói desta democracia que está aí, por mais imperfeita que ela possa ser. E a guerrilheira desalmada e desarmada participou de um processo de enfrentamento militar que só prolongou a longa noite dos porões. E, depois, penetrou no centro das decisões no vácuo do chefe. Isso induz democratas assustados a imaginar que o 3º PNDH seja um projeto de vingança a ser realizado em seu eventual, embora provável, futuro governo. Enquanto ela não esclarecer isso com todas as letras, este fantasma que reabre feridas já cicatrizadas faz tempo continuará a nos espreitar”.

[20] “O Programa Nacional de Direitos Humanos, organizado por inspiração dos guerrilheiros pretéritos, pretende, todavia, derrubar tais conquistas, realimentando ódios e feridas, inclusive com a tese de que os torturadores guerrilheiros eram santos, e aqueles do governo, demônios”.

 

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Pour citer cet article

Maria Júlia Giménez, "La acción del Instituto Millenium como guardián mediático del consenso liberal en Brasil: los derechos humanos en cuestión"RITA [en ligne], n°11 : juillet 2018, mis en ligne le 16  juillet 2018. Disponible en ligne